En «Tienes un e-mail» (You’ve got mail) , la película que transcurre entre cafés y mails. Es una declaración de amor por New York, sin la neurosis de Woody Allen, amor por sus cafeterías, sus calles, sus pequeñas tiendas y también es un film de amor por el café.
La historia que cuenta el film » Tienes un email» es la de Kathleen Kelly (Meg Ryan), la dueña de una pequeña librería de libros infantiles y Joe Fox (Tom Hanks) que es, dueño de una mega cadena de librerías (Fox Books). La cadena Fox abre una sede frente a la pequeña librería de Kathleen Kelly, obligándola a cerrar sus puertas.
Mientras Kathleen y Fox son enemigos en la vida real, sin saberlo ambos mantienen una relación amorosa por internet. Fox descubre que su amor digital es Kathleen y trata de conquistarla en el mundo real, al final del film se encuentran y el amor triunfa. Es una película de antes del WhatsApp y del Tinder y pero aunque la tecnología haya cambiado el film conserva su charm.
Ella: Kathleen es una chica dulce y ligera que toma Caffè macchiato, con leche descremada y caramelo. El Fox -un desalmado- toma: mocachino, descafeinado y si azúcar: ya sabemos que solo una persona sin corazón toma café descafeinado ( a menos que tenga un problema médico) .
Durante la película hay muchos momentos de encuentro que transcurren tras una taza de café y secuencias que todo amante del café disfruta, como la secuencia sobre Starbucks: «Los lugares como Starbucks nacen con el único propósito de que gente con nula capacidad de decisión tenga que hacer seis elecciones sólo para tomar un café y así sentirse mejor».
Otra de las secuencias memorables transcurre en el Café Lalo, lugar que ocupa un lugar especial en mi corazón, porque varias de mis amigas fueron mesera allí y de hecho conservo una postal de ese lugar en un lugar especial, con un imán en mi nevera.
Al inicio del film, cada uno de nuestros protagonistas sale de Starbucks con un café en las manos, cada uno va por sus calles del Upper West Side de New York, se cruzan sin encontrarse, es una secuencia de montaje paralelo muy bellamente filmada y con una canción de The Cranberry.
La película es tan iluminada, el guión es tan inteligente, tiene una banda sonora tan deliciosa, y la química de sus dos estrellas tan divina que se deja de lado el desfase tecnológico y se puede uno enamorar del film y con frases preciosas como esta: » -ELLA: ¿No te encanta Nueva York en el otoño? Me dan ganas de comprar útiles escolares. – EL: Te enviaría un ramo de lápices recién afilados si supiera tu nombre y dirección». ( Quién no puede saber exactamente: cuál es ese aroma y la emoción de tener cuadernos nuevos, entonces todos podemos entender la sensación que tiene esa frase? )
Es un film donde el café esta presente en muchas escenas bellísimas, para los amantes de café, les aseguro que es mágico volver a verla con una taza de capuccino entre las manos.
Han pasado 23 años desde que se estrenó esta película, que aun hoy resulta totalmente encantadora. Quizás aun más en un momento donde parece que el genero de la comedia romántica desapareció – para comprobarlo no hace más que mirar en Netflix, donde los películas de esta categoría son casi inexistentes y donde parece que el genero fue derrotado por super héroes, la sangre y una sobredosis de películas de terror. O quizás nadie ha logrado ocupar el lugar que Nora Ephron, la mejor directora de cine romántico y una de pocas las mujeres directoras del mundo de Hollywood. Yo hace mucho no veo en pantalla un film de amor inteligente, sin edulcoramiento y sin vulgaridad. La verdad que lo extraño.
Aquí una pequeña edición que hice de «You’ve got mail» y el café. Espero que la disfrutes.