Al entrar por la puerta del despampanante Párisi Passage en Budapest, mi imaginación me sitúa en el film de El gran Gatsby, es inevitable ver desde los de Daisy este espacio mágico. Es como entrar a la locación de una gran fiesta de los años 20. Asistir a un lugar que tiene el esplendor del Art Decó de inicios de siglo, me emociona hasta las lagrimas. Un piano suena al fondo, la melodía me indica a donde debo ir. Amaya y yo nos sentamos en el despampanante salón dorado, bronce y marrón y esperamos nuestros cocktails.
Tenía muchísimo tiempo con ganas de conocer este lugar pero no se porque no me animaba.. en otras épocas de mi vida no lo hubiera pensado, un segundo. Y porque no había entrado? tras años de migración, luego de la maternidad … donde he vivido tantas cosas y he perdido mi ropa linda, mi maquillaje de escarcha, mis sombras de ojos doradas, mi perfume Dior, mi propia voz, mi belleza de juventud… todo esto me hacía no poder romper una barrera de auto prejuicios y sentarme disfrutar una linda copa. Gracias a el empuje de Amaya logre traspasar esa puerta de cristal y que felicidad, sentarse en un lugar despampanante, ha disfrutar de un trago con este bello nombre: CHAMPAGNE CHARISMA, una mezcla de Pálinka de peras – la pálinka es la bebida nacional húngara – vainilla, limón y champaña.
Estar en ese espacio de luz y elegancia, donde un pianista en smoking toca antiguas canciones cinematográficas, me hace vibrar de alegría. Agradezco tener en la memoria tantas películas, tanta musica… tantos momentos vividos en las salas de cine y otra vez viene a mi cabeza El gran Gatsby… veo a Robert Redford sonriendo y a Leonardo DiCaprio alzando una copa de champaña al fondo del Párisi Passage en Budapest.
Este edificio fue una sede bancaria de inicio del siglo XX y un centro de tiendas y almacenes. También en la parte superior del edificio, estaba el estudio cinematográfico de uno de los pioneros de cine húngaro Ödön Uher. El lugar tiene unas magníficas cúpulas de cristal y un techo extraordinario de tonos marrones y dorados. Una estructura de madera de caoba y espléndidos azulejos de la casa Zsolnay. La cúpula central tiene forma de flor: un símbolo antiguo del universo, que representa la renovación y el crecimiento de la vida. También es un símbolo de fertilidad y amor.
Pienso en la frase de Francis Scott Fitzgerald: «Así seguimos adelante, como barcos contra la corriente, arrastrados incesantemente hacia el pasado». Y finalmente esa frase se conecta con toda esta mezcla de sentimientos que atravieso mientras tomo mi cocktail y brindo por la vida, por lo vivido con la esperanza de que lo que viene sea espléndido y luminoso…
Si vienes a Budapest este es uno de los cafés mas bellos de la ciudad de los cafés mas bellos del mundo.
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DATOS DE LA CAFETERIA
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