Café y Cine: Breakfast at Tiffany’s

La secuencia inicial del film «Desayuno en Tiffany’s» tiene una de las imágenes más icónicas del cine y del café del séptimo arte.

Es muy temprano en la mañana. Un taxi se detiene en la joyería Tiffany & Co, en la  5 Av de New York. Vemos bajar del taxi a Holly Golightly (Audrey Hepburn), viste de  negro, con un traje de noche. Usa unos inmensos lentes de sol. Es evidente que  Holly llega desde una fiesta donde paso toda la noche y a está hora vuelve de casa, pero hace una parada para desayunar frente a la vitrina de Tiffany. Ella camina elegantemente, en una mano lleva  una pequeña bolsa de papel.  Se acerca a la vitrina de la joyería y mientras mira en total calma los diamantes de la vitrina, toma café un vaso descartable  y come un pequeño croissant mientras suspira. Al terminar el desayuno, se va caminando sola por las calles de la ciudad. Es la imagen de la nostalgia, de la vulnerabilidad y la tristeza,  tiene ese gusto raro de los amaneceres luego de una larga fiesta donde se vuelve a casa en soledad.

 

Intuimos que el café  que toma Audrey Hepburn en la escena es un  americano  de cafeteria barata.  No se trata de un buen café pero sí del más simple y popular en los Estados Unidos.  Quizás este gesto  cinematográfico es el presagio o foreshadowing de quién es Holly,  la verdadera mujer  detrás de ese vestido negro: una chica  llamada Lula Mae, de origen  campesino, de un pueblo rural del interior de los Estados Unidos, que crece robando huevos en las casas de los vecinos y quien viaja a New York huyendo de si misma, para encontrar el sueño americano en la gran ciudad. Es decir Lula Mae es simple y pobre como ese café servido en vaso de papel, silvestre como un gato callejero sin nombre. Holly frente a Tiffanys es la chica que solo tiene anhelos y Tiffanys representa el sueño a alcanzar.

De esta forma esta es una escena inicial, es un presagio o lo que en el lenguaje cinematrográfico se llama  foreshadowing: un elemento que se muestra al inicio del film, y que quizás puede hasta pasar desapercibido por en publico, en un primer lugar ,pero que luego nos damos cuenta que anuncia algo muy importante en la historia, podría ser una especie de anuncio y se utiliza para preparar sutilmente al espectador sobre los giros inesperados de la trama .

La escena del opening de Desayuno con Diamantes se ha convertido en un emblema del cine y Audrey Hepburn en el papel de Holly alcanzó la condición de estrella que representa la moda, lo chic, el glamour de los años 50’s. La escena ha sido musicalizada con la canción más emblemática del film y que se ha convertido en una de las canciones más recordadas del cine: Moon River, la pieza fue compuesta por Henry Mancini y ganó el Oscar a mejor canción original.

El vestido que luce Audrey Hepburn fue diseñado por Givenchy,  la actriz y el diseñador ya habían trabajado juntos en el film Sabrina. Ambos mantuvieron una relación de amistad por años y fue Givenchy quien encumbraría a Audrey Hepburn al   Olimpo de la elegancia, trabajaron luego en 6 film más. También una de las fragancias más emblemáticas de la casa Givenchy:  L’Interdit , fue un perfume creado para Audrey  y que ella uso desde su creación hasta su muerte.

Otra de las situaciones únicas de esta escena es que muestra una New York solitaria. El propio director  Blake Edwards, cuenta que se trata de una obra de Dios. Cuando filmaron esa escena, el primer día de rodaje de la película, milagrosamente no había nadie en la calle, ni carros. Fue un momento mágico. «Como si Dios dijera voy a darte un respiro… como si con un solo gesto de su mano se hubiera suprimido el movimiento de New York, para poder filmar».

La película Breakfast at Tiffanys esta basada en la novela de Truman Capote, una de las frases más recordadas del libro, Holly  dice:  «He comprobado que lo que mejor me sienta es tomar un taxi e ir a Tiffany’s. Me calma de golpe, ese silencio, esa atmósfera tan arrogante; en un sitio así no podría ocurrirte nada malo, sería imposible, en medio de todos esos hombres con los trajes tan elegantes, y ese encantador aroma a plata y a billetera de cocodrilo. Si encontrase un lugar de la vida real en donde me sintiera como me siento en Tiffany’s, me compraría unos cuantos muebles y le pondría nombre al gato» .. también me encanta esta frase: «Pero llevar diamantes sin haber cumplido los cuarenta es de mal gusto  y entonces todavía resulta peligroso. Sólo quedan bien cuando los llevan mujeres verdaderamente viejas»

Tiffanys es entonces: en la vida y en el film, un lugar para tomar un descanso de la vida, un lugar mágico donde nada puede salir mal, como en las viejas películas. También tomar un café es un espacio de refugio. Así que cada uno de nosotros tiene ese lugar donde estamos a salvo en los días difíciles y usamos la taza de café para guardarnos tras ella y estar seguros y tranquilos igual que Holly.

Yo no puedo ir a Tiffanys cuando me siento triste pero, si que puedo comprar un ticket e ir al cine y para mí la sala de cine es ese lugar mágico y también puedo, como todos, tomar un café y al sentir la taza entre las manos respirar y decir aquí todo esta bien, el café también es un lugar de paz.

Aquí puedes ver la secuencia inicial . https://www.youtube.com/watch?v=1JfS90u-1g8&t=3s

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