Caminando por las bellas calles de Budapest, explorando está encantadora ciudad, me encontré a las puertas de Central Café. Las mesas hacia la vereda son hermosas y acogedoras parece un rincón de Paris en el corazón de Budapest. La gran fachada resguardada por una gran lona amarillo mostaza dice que el café abrió sus puertas en 1887. Por dentro el ambiente es de restaurante pero fuera las mesas llaman a tomarse un rico café y un postre .
Entre al Central café, tiene un estilo art deco muy elegante. Nos sentamos entrada la mañana. Una hora un poco incomoda para tomar café pues el lugar es un restaurante y no una cafeteria. Pero pedimos cocteles de café y la verdad fue una alternativa maravillosa y refrescante.
Probé algo totalmente nuevo un Espresso Tonic : agua tónica, hielo, cascara de limón y café . Muy refrescante, inesperado y delicioso. Un giro ligero y perfecto .
En el lugar se ofrecen postres tradicionales húngaros y también de hermosas formas y texturas que parecen espumas flotantes, inspirados en las creaciones de pastelero francés Cédric Grolet, quien es conocido por crear postres que se asemejan a las frutas de las que están hechos con la técnica artística de trompe l’œil » Trampa para el ojo». Estos postres son como comer una nube con sabor a fruta.
Sentada en Central Café, viajo con la imaginación a otro tiempo, la la época en que este café era centro de reunión de escritores y poetas. Mientras veo transitar a los budapestinos. La ciudad sonríe.
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Dirección: 1053 Budapest, Károlyi utca 9.